El aire caliente de nuestra vivienda está cargado con cierto porcentaje de humedad. Cuando entra en contacto con una zona fría, el vapor de agua contenido en el aire pasa de estado gaseoso a estado líquido, formando las características gotas de la condensación.
Podemos observar esto frecuentemente en nuestras ventanas, en el espejo de los baños y, ocasionalmente, en los azulejos de la cocina.