Los enchufes, las aristas vivas de los muebles, elementos decorativos de frágil equilibrio como son los jarrones de cristal, barandillas y, cómo no, las ventanas a las que los pequeños pueden asomarse peligrosamente.
Existen diversas alternativas para permitirnos garantizar que los niños no accedan a las ventanas, sobretodo si están en viviendas en altura.
Hay manillas que llevan incorporado un pulsador con llave. De esta forma bastará con dejar el botón pulsado para que la manilla quede bloqueada y no podrá ser accionada hasta que realcemos el desbloqueo con la llave.
Una segunda alternativa es la de instalar, en las ventanas oscilo-batientes, un punto de anclaje con llave. Esto nos permite colocar la ventana en posición de oscilo, para ventilar, pero impedirá que se realice la apertura de la ventana en tanto no desbloqueemos el mecanismo con la llave. Al igual que en el caso de la manilla el bloqueo se logra pulsando el botón de cierre.
En el caso de las ventanas correderas la opción de la manilla o uñero con botón pulsador y llave tiene el inconveniente de que no nos permite ventilar y olvidarnos de la ventana. Una opción, algo más engorrosa es la de colocar un retenedor, que se ajusta con una llave allen, en la guía de la ventana, haciendo tope e impidiendo abrir la ventana del todo.
